Levanta la mirada
y observa el nuevo día,
el cielo azul celeste
te abraza y acaricia.
Comienza la jornada,
y dan paso las prisas,
los nervios y codazos
de aquel que la encamina.
No importa, caminante,
tú sigue con la brisa,
el viento que, invisible,
te guíe por la vida.
Avanza, bajo el cielo,
y escucha las noticias,
que dictan, sin palabras,
sus nubes blanquecinas.
Son cantos y poemas,
sin letras y sin rimas,
cual néctar delicioso
en lindas margaritas.
Levanta la mirada
y escancia poesía,
la vida es un instante
que pronto se termina.
Perdamos ese miedo
a verla y a vivirla,
soñemos como niños
con cosas muy sencillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/24