Necesitaré
un cinturón de asteroides
para agarrarme.
Las tijeras de la costura
no están bien afiladas.
Frente al espejo,
cuatro tijeretazos
y me corto el pelo,
siempre crece.
La suerte está a mi favor,
el sol me mira y sonríe.
Nada esperan
y a las flores del campo
las lava el rocío.
Los olores del ambiente
inspiran estas palabras,
una frágil sonrisa floral,
jazmines, azahar y rosas,
un perfume apropiado
en la celosía
irradia los aires de al-Ándalus.
El eterno femenino
trae el viento de la primavera,
preparo el abanico,
la fascinación sin sortilegios
para los días más largos.
La simplicidad llena el espacio.