Yo que he caminado entre sombras
que tuve el valor de poder llorar,
yo que sé del valor de las pequeñas cosas
yo que fui amante de la soledad...
Yo que estuve amarrado al silencio
que vi morir a la palabra con dignidad.
Yo que di mi alma dentro de un beso
y vi el abismo donde termina el mar...
Yo que aprendí a ver de nuevo al ayer
que supe de la batalla y de la paz,
yo que tanto me acostumbré a perder
y en mi nostalgia no aprendí a olvidar...
Yo que tuve los sueños más profundos
que aun sin aire supe cómo respirar,
yo que supe de felicidades y de lutos
que corte flores para poderlas deshojar...
Yo que al tiempo lo vi morir lentamente
que vi la tristeza de la luna al brillar,
yo que jugué mi vida a una suerte
y que siempre me resigne ante la adversidad...
Yo qué poblé de ideas a mis pensamientos
que calle a mi voz cuando esta debía callar,
yo que me he arrastrado con el viento
ignorando siempre adonde me iba a dejar...
Yo que envejecí al paso de las horas
que estoy a pasos de ver la eternidad,
sé por qué mis ojos en silencio lloran
quizás porque mi vida sabe ahora dónde va...