Me succionan la vista
nuevas luminarias
para engendrar
a la alondra reticente
de mi despertar,
me arañas
con la embestida matinal
de esta férrea luz,
imagen recién descendida
desobedeciendo tus ojos
en el ensueño asequible
de un cristal,
intangible moneda del sol
luz de gas que abarata la mirada,
tus labios obtienen
la altura de la flor
al antojo de la sierpe
arte feroz de la pupila
mi yerma alegría
con la confesión del beso
en tu sangre de espiga,
junto a la ovación secreta
de un racimo de mariposas
hay algo más vivo
que la luz
y no es el mal fractal
que nos habita
destino de la belleza siniestra,
invierno revelado a la gracia celeste,
es el intervalo de la burbuja
que se desvive por
transmutar en temblor amante
la lengua desaparecida
del genio.