El día más psicótico
cuando la muerte aclame mi llegada
y yo disponga a sucumbir
a sus caricias,
ese día no cometeré suicidio atroz,
ni mancharé mis manos con sangre,
iré directo al cáncer humano,
seré un político con ideas concretas
de procurar la vida y su ecosistema,
moriré más rápido que una gripe
y en teoría no será suicidio.