Amiga, te invito
a que compartamos cansancios y sonrisas,
tropiezos y vueltas a empezar, a que compongamos juntos
los surcos de un poema que desafíe el gorjeo de los arreboles
a la orilla del mar. Te invito a que reunamos nuestros sueños
en una sola mochila, para que la lucha de la fiesta diaria
sea más divertida. Te invito a que hagamos con mi flauta
y tu lira, un bello concierto de vida y de paz, para que
tu corazón y el mío palpiten al mismo ritmo,
al mismo mismo suave y leve compás.