¿Otra vez con esa poesía soez?
¿A quién quieres descomponer?
Estoy de acuerdo por esta vez,
Te perdono, pero déjame ver,
Quiero ver, qué es lo que es.
No me vayas a dejar inconcluso
Que escritos así no deben quedar,
Cuando veo lo que se ha de leer,
Espacios tales son para no parar.
Justo al inicio me vino a detener
Discusión entre Diablo y Mujer.
Aquél, que en sus manos la tomó,
Luego veo la dimensión tan magna,
Del poema que a mi alma pugna,
Por leérmelo ya todo y de corrido,
Pero en realidad eso lo olvido,
Y me voy a paso en el recorrido
Que leyendo y más descubriendo,
Mi pensamiento vueltas dando,
Adelante mira lo que encuentro,
Mientras atento me entretengo,
Noto lo que en mi pantalón tengo,
Digo pues, ya comienza el jaleo.
Debería dejar de leer el poema,
Es tanta la atención y mi emoción
Que si he de leer, pronto a ultimar.
Así fue como emocionado continué,
En un momento tuve que parar,
Cuando el Diablo ya no pudo esperar
Y se sumergió en movimiento brutal.
Mi mano fugaz dejó todo escapar,
Tal como un pajarillo desesperado,
Buscando fuera de su jaula amparo.
Y juro que lloraba de la emoción,
Lágrimas dulces y transparentes
Como miel de panales abundantes.
Seguí leyendo para atinar final feliz,
Pero al inclinarse ella hacia adelante
Ya no pude salir de ese instante…
El estómago me daba vueltas,
Empecé a sentir que me mareaba,
Con una mano el pecho me tocaba,
Con la otra, el truhán llorón tentaba,
El corazón cien por ciento palpitaba,
El ardor de estómago me causaba
Un dolor tan atroz, que de repente,
Me puse frío y empecé a temblar,
Era el influjo que la oda causara,
Que al momento, sin poder pensar
Pasó lo que hacía mucho no pasaba,
Y aunque no me lo quieran creer,
No pude parar y tuve qué vomitar...
Eso pasa a los viejos que como yo
Aventajamos en lo que no debemos.
Pero bueno, a veces esos poemas,
Aunque no me van la cabeza a reventar
Al menos se llevan mis penas a volar.