Hector Loaiza

Poema a Sofía

Sofía, en cuyo nombre el crepúsculo arrojo sus lámparas, en cuyo nombre la seductora y taciturna noche acecha con su galopante tenebrosidad.

 

Arrebatadora de mis sueños,

reverbera en ti mis anhelos más sosegantes, así como los dulces manantiales en que tú luz de náyade vocifera dormida.

 

Los undívagos de los riachuelos construyeron con piedras y palos un aposento para que tus ojos descansen en ellos

 

¡Ah esos ojos en los que el tiempo se detiene cuando cae la penumbra! en cuyas manos la brisa se mezcla con el trigo,

en cuya existencia recae la ternura de las sombras.