En mi momento más sereno y tranquilo,
Un rayito de locura se asoma en mi destino.
Jugó con mi paz, sacudió mi cordura,
Como una tormenta, me llevó en su aventura.
Me ofreció la manzana prohibida de su esencia,
Con dulzura, devoró mi razón con prepotencia.
Su encanto, mi perdición, su locura, mi destino,
Ya estaba rendido a sus pies, sin freno ni camino.
Aunque el orgullo y la cordura gritaban \"no\",
Su encanto y locura ya habían devorado mi yo.
Aun sin conocerla en persona, su aura me atrapó,
Y en su dulzura y locura, mi ser se desbordó.