Tras el cristal de mis pupilas, veo caminar personas, anhelantes de vida.
¿Cuántas dejarán la dulce huella?
¿Qué dirán de ellas?
Dirán acaso...
Fué hombre sin sombra.
O Zarandeado por el viento...
... Caminó por los aires.
Nunca abrió su boca.
Mejor...
Que hablen Luz o Sombra.
Porque muerto, ya no estorba.
Se carcajeará su fuerza,
con la fosa de la indiferencia.
El que nace y no ha escrito,
no ha salido de su vientre.
Porque el que dice haber vivido,
sin escribir...
Lo más seguro miente.