Resumiendo.
Tenía ganas, esta mañana, de que nos quedáramos,
Despreocupados del mundo, abrazados en la cama.
Por las dudas apagábamos las luces,
y cerrábamos puertas y ventanas,
para que nadie supiese de nosotros.
Tenía esa necesidad, de que quedáramos en silencio
Y consumir pequeños besos sin mirar el reloj.
Tenía la urgencia de escuchar de tus labios
decir te amo, antes de comenzar nuestra jornada diaria.
Tenía la esperanza de que mis manos por tu piel
Hallara el camino a tu felicidad, que es la mía propia.
Tenía los pretextos justos para llegar tarde a todos lados,
La lluvia, mi desgano, el frio, la hora pico por las calles,
Y el mejor de todos que me reservo, al ver tu cuerpo al desnudo.
Sentado a un costado de nuestra cama
Tenía tantas ganas de que despertaras
Para proponerte que volviéramos a sudar
Hasta quedar inmóviles de felicidad,
Pero opte por abrigarte y marcharme en silencio,
Pues esta noche tendremos otra oportunidad.