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Poema 3

La noche es fría, congela sin miramientos mis palabras

que una vez dijeron no te vayas y aun así partiste

tan lejos donde la oscuridad se queda,

dejando sin voz de a poco al niño que te buscó alguna vez.

 

La noche salpica mis heridas con húmedas palabras escritas

en viejas cartas de amor, ahí lloré por ella debajo de la luna

con sus manos dividiendo mi alma entre lágrimas y un adiós

eterno en la memoria de un amor que se fue con todo y sirenas

 

Viajó a otros labios escalando recuerdos del desamor.

Aquí yacen enterrados esos besos y unos cuantos poemas de dolor,

aquí descansan esos momentos de miel y bonitos recuerdos

donde nuestras manos jugaban como dos niños sin temor.

 

La noche escucha tus pasos, huellas de fuego y cenizas buscando en la oscuridad

la marea de tus palabras llenas de espuma y sal. Queda poco tiempo

ya no sabe qué buscar: una mirada quieta, tu sonrisa furtiva o un pasado

que se rompe a pedazos por culpa de la ansiedad.