Hay una posibilidad
de ser algo más cultos
y esta virtualidad
se encuentra escondida
en uno de los muchos libros,
de esos que no se suelen leer en la vida.
La llave que los abre es oro puro
y está oculta,
solo se depende de nuestra pericia
para entrar de lleno
en esas páginas
donde se esconde la sabiduría
y con ella al alcance de la mano
llenarnos de su poder,
como ocasión única
de asumir los retos intempestivos
que nos fija esta sociedad nuestra
tan competitiva.
Todo en los libros son lecturas
de diferentes tipos y culturas.
Con ellas de la mano
y sin más compañía,
crece la inteligencia
que se hace nuestra amiga,
para llevarnos hasta allí
donde Apolo, Dios de la poesía,
desafía a Zeus
Dios de los rayos y cielos,
que solo quiere
de quienes en las cavernas
de la ignorancia habitan,
que sigan siendo fieles
a esa falta de pericia,
que a ellos les posibilita
dictar y marcar a los individuos,
para que les sean
sus esclavos de por vida.
Leamos pues
y sumemos grados de lectura.
Seamos felices
y que la felicidad en si
no suponga más angustia
que la de seguir leyendo,
hasta que la luz
que nos facilita
nuestras corpóreas pilas
nos lo permitan.