De nuevo te vas amor,
contigo se va mi vida
sumido en un gran dolor
afronto tu despedida.
Me dejas el buen sabor
de un vino bien madurado,
con momentos de fulgor
que ambos hemos disfrutado.
Es nuestra complicidad,
ese bien tan apreciado,
signo de la identidad
de este amor consolidado.
Otra vez toca extrañarte
dándote vida en mis sueños,
se que no podré olvidarte
pues tú siempre estás en ellos.
Gracias por ser mi verdad,
mi realidad y mi todo,
por esa causalidad
me haces feliz de algún modo.
Classman