Necesito llorar,
cuántas mas lágrimas pueda,
para lavar los rincones
de mi alma envejecida.
Debo exprimir la tristeza
y dejar los ojos secos,
para que puedan mirar
mis pupilas tras la niebla.
Y es que la vida es resaca
de galerna y temporales,
ocurridos hace tiempo,
que regresan cada día
y me piden recompensa.
Necesito abrir las ventanas
para que entre la luz
y de calor a mi vida,
saneando humedades
y hasta el polvo acumulado.
Y es que necesito tus brazos,
y tus besos,
rescatarlos del recuerdo
para que sean mi vida
y ese sueño que persigo
se convierta en realidad
y sacie, al fin, mis suspiros...
Necesito y te necesito
y tú lo sabes.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/24