El Corbán

CUANDO DOS NO SON UNO

En la torre de sus almas, en la noche oscura y fría,

dos corazones yacen juntos, pero la distancia los separa,

susurran secretos al viento, en una triste melodía,

luchando contra la sombra que en su lecho se declara.

 

Bajo el manto de estrellas, en su castillo de desvelo,

se entrelazan manos que anhelan un calor que no hallan,

sus miradas se cruzan en el eco de un antiguo duelo,

mientras el silencio gobierna, y la soledad los ensaña.

 

En el salón de sus silencios, danzan sombras de recuerdos,

una danza lenta y pesada, entre susurros de desdén,

se ahogan en el vacío, entre susurros y desvelos,

anhelando el amor perdido, en su inquietud sin freno.

 

En el jardín de su morada, florecen rosas marchitas,

emblemas de un amor marchito, de un pasado ya extinto,

en su lecho de agonía, yacen dos almas solitarias,

en su propia compañía, naufragan en su laberinto.