Jorge L Amarillo

RACIMO DE PENAS

Moran en mí un racimo de penas
con la emoción de la ausencia en mis brazos,
mi mirada que se clava perdida
y mi alma que rebelde aún sigue amando.
 
 
Mi mundo camina en su tristeza
y la tragedia busca en mí su propio espacio.
Abrigando silencios con toda mi vida
mientras me acompaña el humo de un cigarro.
 
 
Me desconozco en estas lágrimas nuevas
que dé a una, de pronto me van llegando.
Aún me engañan aquellas palabras, no dichas
lo que el tiempo de mí de a poco fue arrastrando.
 
 
¿Qué tan simple era pedir que me quisieras?
Que me amaras con el paso mismo de los años,
que en mi laberinto tú fueras la salida
pero quizás no vi que pretendía de ti demasiado...
 
 
Deshojo mis emociones que aún tiemblan
al caer en el lodo de mi propio desengaño,
buscando congraciarme de una forma más precisa
con esta realidad que solo sabe hacerme tanto daño.
 
 
De ayer a hoy solo han sido nubes pasajeras
y mi amor una moneda que simplemente fue rodando.
Pero todo es como una rosa tan llena de espinas
y una soledad que otra vez aquí, como ayer me está besando.