Cuando tu silencio era sepulcral
como desollando al viento
y sólo sentía el grito de las piedras
acuchillándome los oídos.
Tu voz como borrando el pasado
sonaba borrascosa y vengativa
laceraba mi adolorido corazón
comprendí que mi nombre sonaba vacío.
Tu mirada antes cautivadora y refulgente
era ahora una llama ardiente
que quería abrazar todos los recuerdos
que alguna vez dibujamos con sentido amor.
Entonces muy dolido comprendí
que soy solo una vela muy lejana
que pronto se apagará en tu camino
y mi brillo ya no orienta tu destino
Entonces pude comprender
que tu piel ya no extraña mi piel
que tu cuerpo espera otros brazos
tus sueños que antes eran mares de amor
hoy son olas que rompen otros acantilados
y entonces comprendí
que por amarte había tirado mi vida al vacío
solo era un muñeco de trapo roto
que debía pasar al cajón del olvido.
Lima, 24 de abril del 2024
AUTOR: JAVIER SOLÍS
DERECHOS RESERVADOS DE AUTOR