Todo fue una maravilla, sentir que el tiempo
se detuvo en aquella despedida, volver a verte
y saber que, aún estamos latiendo en alguna parte de nuestro pecho y nuestro pensamiento, pero siendo algo más que un recuerdo...
Fue fascinante despertar a tu lado, sentir el calor
de tu piel entre mis brazos, notar que las caricias no dejaban de brotar de nuestras manos, y los besos, fueron inagotables en nuestros labios...
Qué sublime ha sido nuestra entrega, qué belleza
el recorrido de nuestra piel, qué hermoso fue grabar
en mi retina tu rostro, tus gestos, y besarte mientras lo hacíamos meciéndonos con el sonido del silencio, y la plena conciencia de que íbamos
a suceder porque nos pertenecemos...
Entré en tu cuerpo, y fue la sensación más hermosa de convertir en realidad un sueño, y sabes, no tengo
ninguna duda, tú eres todo lo que necesito y quiero...
Te amo, y mirándote a los ojos te lo digo a corazón abierto, porque no necesité ir al paraíso, toda esa belleza que uno se imagina, la he encontrado en ti,
en tu risa, y en tu mirada, que de vez en vez, al mirarme mientras te amaba, me decías (te quiero)...
Hay cosas que son inexplicables como la
sensación de volver a vernos, hoy cosas que son
inexplicables como los sentimientos guardados, que solo estaban esperando de ti o de mí, algún pretexto para arrebatarnos el sueño...
Mis labios por fin pudieron volver a probar tus
besos, mis manos anduvieron en donde siempre
quisieron hacerlo, y mis oídos han registrado tu voz,
sobre todo, en esos momentos en que haciéndonos
el amor, parecía que nos jurábamos un amor eterno...
Cómo negarme a lo que por ti estoy sintiendo,
cómo no enamorarme nuevamente de ti, si todo
esto que por ti yo siento, solamente estaba
estacionado en el tiempo...
Cómo si después de despertar y amanecer en ti,
sé perfectamente que esto es lo que cada mañana
a tu lado deseo...
Debes saber que estuve perdido por mucho tiempo,
tal vez desubicado, pero esta vez, solo deseo ver caer las hojas del calendario a tu lado, porque sin ti, simplemente ya no me veo, porque en mi corazón te has instalado, y porque no hay vuelta de hoja...
Quiero que seas tú ese (te amo) que hasta hoy,
no había podido gritarlo...
a una tapatía...