Alegría

Testigo del derrumbe

El castillo de arena no ve al mar como suplicio; 

su rutinario y degradante oleaje le recuerda su destino,

y no pregunta cómo, ni quién - mucho menos por qué:

solamente sabe que hay un cuando.

La arena que se aferra a la piel

¿Busca de nuevo una estructura?

¿Es tan agobiante la libertad del mar?