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Medianoche profunda,
umbral de un nuevo día,
donde la oscuridad y la luz
se entrelazan en armonía,
se gesta la transformación,
el fin de un tiempo caduco,
donde lo viejo se desvanece,
y lo nuevo surge impoluto.
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De las sombras del pasado,
emerge un ser renacido,
como la semilla en la tierra,
en el vientre del olvido.
El anhelo de crecer,
de elevarse, evolucionar,
de fundirse con la naturaleza
y la necesidad de avanzar.
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En el silencio de la noche,
se escuchan susurros de cambio,
la promesa de un futuro luminoso,
en un camino extraño.
Se desvanece el hombre viejo,
como el eco en la distancia,
y emerge el ser nuevo,
renacido en la esperanza.
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En el vaivén eterno de la vida,
el alma se entrelaza
con el cosmos y la tierra,
en una búsqueda sin tregua.
Porque en cada medianoche,
en cada nuevo amanecer,
la oportunidad renace otra vez,
de ser más, de florecer.
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A.B.A. 2024©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina
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Imagen: Nocturno – Óleo sobre tela
Alejandro GM - 2008