Me encuentro acá, precisamente en el limbo entre el raciocinio y el recuerdo latente del calor de tus brazos;
Como si fuera cierto que la piel tiene memoria; que es casualmente a altas horas de la noche en las que me encuentro buscándote entre rincones, esperando sentir esa paz infinita que solo vos podías regalarme.
A veces la casa se siente menos vacía con los fantasmas que dejó el recuerdo de tu amor…