Nacida en la cima de la gélida montaña, una gota surge pura,
Inocente y cristalina, comienza su viaje a la mar bravía.
Atravesando ríos y arroyos, valles y praderas floridas,
recogiendo historias y saberes, por doquier va dejando su huella.
Enfrentando rocas afiladas, corrientes celosas y envidiosas,
y caídas empinadas, de aguas turbias y oscuras.
Con cada obstáculo que enfrenta, se vuelve más fuerte y sabia,
A veces se detiene en lagos tranquilos o en un estanque sereno,
Reflejando su brillo en el cielo azul, con su inocencia serena.
Pero la llamada del mar es fuerte, y no puede quedarse quieta,
debe continuar su viaje, con brío y espíritu valiente.
Al final, tras mil desafíos y pruebas superadas,
con gran sabiduría aprendida, su meta ha alcanzado.
Llega al inmenso y acogedor mar, su nuevo hogar infinito,
Ya no es solo una gota, ahora es parte de algo más grande.
Un océano de experiencias, de recuerdos y de saber,
Aunque su viaje haya terminado, su historia sigue presente,
En cada ola que rompe, en cada marea que sube y baja,
y no estará sola, jamás se sentirá vacía.