Carlos Hector Alvarez

Filosofando

 

\"Era la casa del baile

Un rancho de mala muerte,

Y se enllenó de tal suerte

Que andábamos á empujones:-

Nunca faltan encontrones

Cuando el pobre se divierte\" MF.

 

Si pensamos en los momentos 

de algarabía que pretendemos disfrutar

nos damos cuenta de que es muy difícil

alcanzar la alegría, que procuramos

Hay un algo que nos enmarca

en un cuadro estrecho

de dudas eternas, por lo misteriosas.

que no nos permiten alcanzarla

y gozar en plenitud.

Cuando nos regocijamos 

una mala noticia, una enfermedad

un accidente nos frena, nos para

o algún  hecho circunstancial

nos hace retroceder en el tiempo

para revivir el pasado,

o meternos de cabeza

en la caverna oscura del olvido

a escarbar las miserias vividas.

o nos hace encender el televisor

de la mente en el canal de la historia

donde por un masoquismo

angustiante y desconocido

sacamos a la luz o evocamos

todo lo que nos daña  y apena.

La felicidad es esquiva,

siempre aparecen, como quien diría

piedras en el camino, 

que no nos permiten vivir 

las dichas en su esplendor,

ya sea, por motivaciones propias,

o cuando gentilmente 

un alma perversa y malvada

trae a colación el pasado. 

con una novela que nos duele,

porque clava sus espinas sin anestesia.

en nuestro ya adolorido corazón

Son generalmente los “amigos”

o familiares que dicen amarnos

y les molesta vernos contentos, 

nos amargan la vida con sarcasmos

solazándose con el dolor que provocan

En mi reflexión no pude encontrar

un motivo de comprensión para esto

como tampoco una solución

que frene estas actividades nocivas

que atentan contra la paz en este mundo

que al parecer nos hace cada vez más sufridos

 y nos regala escasos momentos de satisfacción-.