\"Era la casa del baile
Un rancho de mala muerte,
Y se enllenó de tal suerte
Que andábamos á empujones:-
Nunca faltan encontrones
Cuando el pobre se divierte\" MF.
“
Si pensamos en los momentos
de algarabía que pretendemos disfrutar
nos damos cuenta de que es muy difícil
alcanzar la alegría, que procuramos
Hay un algo que nos enmarca
en un cuadro estrecho
de dudas eternas, por lo misteriosas.
que no nos permiten alcanzarla
y gozar en plenitud.
Cuando nos regocijamos
una mala noticia, una enfermedad
un accidente nos frena, nos para
o algún hecho circunstancial
nos hace retroceder en el tiempo
para revivir el pasado,
o meternos de cabeza
en la caverna oscura del olvido
a escarbar las miserias vividas.
o nos hace encender el televisor
de la mente en el canal de la historia
donde por un masoquismo
angustiante y desconocido
sacamos a la luz o evocamos
todo lo que nos daña y apena.
La felicidad es esquiva,
siempre aparecen, como quien diría
piedras en el camino,
que no nos permiten vivir
las dichas en su esplendor,
ya sea, por motivaciones propias,
o cuando gentilmente
un alma perversa y malvada
trae a colación el pasado.
con una novela que nos duele,
porque clava sus espinas sin anestesia.
en nuestro ya adolorido corazón
Son generalmente los “amigos”
o familiares que dicen amarnos
y les molesta vernos contentos,
nos amargan la vida con sarcasmos
solazándose con el dolor que provocan
En mi reflexión no pude encontrar
un motivo de comprensión para esto
como tampoco una solución
que frene estas actividades nocivas
que atentan contra la paz en este mundo
que al parecer nos hace cada vez más sufridos
y nos regala escasos momentos de satisfacción-.