Un caminito de tierra y de tiempo
con el que jugamos,
y con el que nos juegan
de tiempo en tiempo.
Se dirá que el caminito es de todos
pero en la tierra que es de tierra,
no es siempre así, y no hay recodos.
Hay caminitos como personas que entonan
cantos y nadie puede desviarlos de ellos,
pues siempre van en busca de lo que ilusionan
ya sean nobles o plebeyos.
Uno ve lo que los otros no ven en acción,
y no nos gusta lo que algunos hacen,
y quisiéramos que lo reemplacen
pero sus pasos son esos y en una sola dirección.
En ese caminito que cada uno tiene,
el que ha empezado a caminar, nadie lo detiene,
así que no hay error, ni hay acierto,
solo un caminito de tierra y tiempo
que se cruza dentro de un concierto.