Te elegí porque en la oscuridad más profunda,
cuando mi luz se apagó y me sentí perdido,
tú estuviste ahí, junto a mí, sin duda alguna,
y me enseñaste a encontrar el brillo perdido.
Entre las sombras y la incertidumbre del camino,
tu presencia fue mi guía, mi faro en la tempestad,
me diste fuerzas para levantarme y seguir adelante,
y en tu amor encontré la luz que tanto anhelaba.
Cada palabra tuya fue un rayo de esperanza,
cada gesto, un bálsamo para mi alma herida,
me mostraste que aún en la más profunda bonanza,
hay belleza y amor esperando ser descubierta.
Así que te elegí, entre todas las estrellas del cielo,
porque fuiste la única que permaneció a mi lado,
cuando todo parecía perdido y desolado,
tú me enseñaste a volver a brillar con destello.
Ahora, juntos caminamos bajo el resplandor del sol,
nuestros corazones llenos de amor y gratitud,
porque gracias a ti, encontré mi verdadero yo,
y en tu luz eterna, encuentro mi plenitud.
E.C