Con el devenir del tiempo…
el ineludible destino se manifiesta,
no da tregua…no hace pausa,
apremiante corre y se desliza…
como el aligerado paso de los inviernos,
bajo la incontenible premura de las horas,
a veces, evadiendo los confusos instantes…
y otras, coleccionando sucesos,
los más preciados…
los más queridos.
Desde el agraciado día de tu llegada,
con el transcurrir de tu niñez alborotada… tu alborozada estancia,
pasando por tu adolescencia febril e inquieta, de libertad despeinada,
cada segundo disfrutado,
cada verano compartido,
contemplando el horizonte soñado,
departiendo la exuberante primavera…con cada delicada sonrisa…
y en la más tierna de tus miradas.
Tu voz de suavidad embrujante,
de arpegios y acordes como de ángel.
Tu palabra de elocuente prudencia…pero emancipada,
abundante de certeza,
manso acento,
de intensidad penetrante…que conmueve y calma,
que enamora los confines más secretos del alma.
Tu historia cristalina y diáfana,
tu leyenda de niña encantada…
surcando los parajes de lo incierto…
con el abolengo de tus años venturosos.
Tu fragancia de princesa inmaculada,
con el aroma a gardenias perfumadas,
de blanca piel como nieve de invierno,
y con el fulgor esplendoroso de tus bellos ojos…
que atrapan y conquistan… como un sol intenso y luminoso.
Tu esbeltez de fina estampa,
tu seguridad inconmovible…
y tu dulzura de miel…
como un regalo del “Autor del Todo”.
De pronto, repentinamente,
tu corazón palpita como un estruendo…aceleradamente,
y te sientes indefensa por momentos.
Tu independencia se ha visto agitada,
tu libertad titubeante,
y percibes la necesidad urgente de sentirte acompañada.
Y entonces, te reflejas en la mirada de aquel consorte elegante,
ese muchacho gentil y educado,
aquel fino caballero… que tu belleza lo ha deslumbrado,
él mismo que sin dudar…
se apasiona de sentimiento al verte llegar.
AMOR lo llaman a tan indescriptible sensación,
a aquella inexplicable emoción que te hace suspirar y te llena de contento.
Pues, la hora ha llegado,
el momento es hoy…
y ese sagrado “juramento de amor” …se hace impostergable ahora.
Te amaré hasta lo eterno…
más allá de lo inmortal…después de lo perpetuo,
donde solo habita la luz de lo sempiterno.
Te amaré por siempre…y para siempre…te lo prometo.