En el verde campo de sueños, su pasión florece,
mi niño, con el balón, su espíritu engrandece.
En la cancha, entre el clamor de la multitud,
el fútbol, su amor, su eterna gratitud.
Con cada gol anotado, su corazón palpita,
el juego, una danza, donde su alma se invita.
En el césped, bajo el sol radiante que ilumina,
mi niño, entre jugadas, su destino se destina.
El fútbol, su tesoro, su alegría, su canción,
en cada partido, vive su más dulce emoción.
¡Oh, mi niño, entre dribles y pases con fervor,
tu amor por el fútbol es un eterno clamor!