Tu sigues siendo el eco
resonante entre mis manos,
la brisa que acaricia
el vitral de mis ventanas;
tu sigues siendo el manto
cobijero de mis penas
barbecho en que rebrotan
los esquejes de mi alma.
Tu sigues siendo el faro
mensajero de mi rumbo
el puerto al que yo ansío
recalarme si esta oscuro,
tu sigues siendo el cauce
timonel de mis recuerdos
el océano en que navegan
los navíos de mis sueños.