David Arthur

Una sumisiĆ³n silenciosa

 

Ella dudó y se giró

para mirar la sonrisa de confianza de su madre,

inconciente de la verdadera razón de su hija

para no entrar la sala de baila:

Su futura felicidad estaba en juego.

*

La invitación para asistir a la gala,

era un presagio de un desastre predestinado,

sabía que era un pretexto de un arreglo familiar,

para conocer a un futuro marido,

el hijo de un banquero adinerado.

*

El amor para las doncelas de la sociedad

nunca era un motivo nupcial en círculos de élite,

mientras riqueza, título y rango eran las calificaciones

de decisión primaria para recibir las bendicones

de los respectivos padres.

*

Su secreto permanecería una herida por vida,

sus sentimientos para el hombre que amaba,

cual rosas marchitas antes de alcanzar la plena floración,

un sacrificio Jane Austen demasiado bien describía,

como una sumisión sileciosa a una corazón roto.

*

David Arthur©®

El cuadro de propio pincel