Observo al mundo,
enfermo, y que agoniza
desde hace años.
Estoy en él
y siento sus dolores
y calenturas.
Y se desgarran
sus tierras y mi carne
en la agonía.
Es un infierno
llevar esta condena
sobre los hombros.
No sé si somos
culpables o inocentes
de esta tragedia.
Algo está mal,
ignoro el argumento
y no lo alcanzo.
Pero sí, siento,
que falta la empatía
entre las gentes.
Y que nos vemos
y odiamos, sin motivo,
en nuestros pueblos.
¡Cuánta desgracia
nos cubre con su manto
por ser tan tontos!
\"...Y yo no quiero
morir, sin tu sonrisa,
mi poesía...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/24