\"La imparable marcha del tiempo que lentamente nos guía a nuestra inevitable muerte.\"
anónimo
Muerte, vislumbre de miedo. ¿Por qué he de temerle?
Si ella es mi amada, oh dulce amada dama blanca, que me atraes con sed ferviente para estar a tu lado.
¿Por qué no me dejaría seducir por sus blancos lazos?
Muerte, tiempo imparable.
Oh tú, tiempo utópico e irreal, que con pericia dices resolver todas las cosas.
Tú que eres y serás, ¿acaso nunca fuiste?
Solo sé que imperas con hipocresía, una de las más sucias ante este instante... Me lo quieres quitar... sabes que es solo mío... es uno de los pocos que conservo...
Tú y mi dulce amada blanca conspiran en mi contra... se los di... el resto... Oh fría dama... sabes que te amo, así que deja esta vez tus celos controladores, sulfurosos, y déjame este mi momento.
Este momento... junto a ella... la vida... Vida... mentirosa, perversa, única y vil. A veces me ciega, ¿y cómo no dejarme? Por ella moriría amargamente... Muerto en vida estaría... Con ella... con sus hilos que sujetan mi corazón y se aferran a los profundos cimientos de esta, su tierra.
Dudo de su astucia, pero aún así me asombra su insensato intento de mantenerme con ella..