No tienes alas de mariposa
pero te mueves a son de viento,
brisa que lleva del universo
la transparencia de ser hermosa.
Lo que sí tienes es el sosiego
que da la vista de un agua clara
donde los pájaros con el alba
bañan sus picos, mojan sus vuelos.
Tu fuente trae la sed del tiempo
a mi sedienta boca viajera
y es tu figura delicadeza
para el descanso de mis recuerdos.
Contra la prisa me das quietud,
pues eres brisa que en la pradera
besa al retoño que se despierta
y tranquiliza su juventud.
Junto a mis naves, manos del mar,
van las sirenas como amazonas
formando espuma sobre las olas,
¡Oh marinero! ¡Oh capitán!
En un otoño de hojas caídas
la sombra tiene deudas de sol
y yo te tengo deudas de amor
por ser mi paz y mi armonía.