Fragmentos dispersos entre recuerdos rescatados,
que elevan los rituales a un estado de supremacía.
Cuando la esperanza aún resiste, la pesadilla vive,
y se entrelaza con los sueños atrapando mis suspiros.
Se aferra a la racionalidad de lo que hubiésemos querido,
entre noches eternas navegando hacia la oscuridad.
Emergiendo de los recuerdos seductores y conquistadores,
provocando algunas risas y algunas lágrimas en su camino.
Bebimos demasiado de nuestros dulces cuerpos,
nos embriagamos con el vino de nuestra nostalgia.
Pero al despertar, entre las sábanas revueltas,
encerramos al amor en la más segura caja fuerte.
Con sueños un poco más maduros y realistas,
pero aún cargados de una frágil esperanza,
nuestras fuerzas se fortalecen en la batalla cotidiana,
mientras las frustraciones se restringen entre prohibiciones.
Ya no al azar ni llevados por las corrientes,
la revolución de lo efímero y lo inolvidable nos alcanzó.
¡Prométeme hacerlo feliz porque lo quiero mucho!
seremos solo presas de un hermoso pasado prohibido.