Fuerza externa que me aprisiona,
que me sostiene por un momento,
me comprime al grado de armar mis piezas;
logrando así que me sienta de nuevo entera.
Es un pequeña dosis de calma, de felicidad, de calor, de cariño, de refugio y protección.
Es ésa proximidad del otro de hacerme saber que no estoy sola.
Es exteriorizar a través de mis brazos lo que siento por alguien, hacerle sentir acompañado.
Hay abrazos que ya se dieron y otros cuantos que se están por dar.
Abrazos que anuncian bienvenidas y otros que marcan un final.
Un abrazo une, acopla, complementa, fusiona, conecta y funde a las personas sea cual sea el motivo.
Los abrazos tienen su propio lenguaje.
Es la fuerza de dos seres en conjunta armonía.
El abrazo es sin duda un contacto físico entre dos seres capaces de demostrarse su afecto entre sí.