Deborah Jana

El encuentro

 

Podría vivir a ojos cerrados en la eternidad

de las calles de Barcelona

 

Mantenerme viva

por el ajetreo 

y la rapidez de la muchedumbre

 

O, pervivir del amor…

pensando en cada esquina en las que he besado,

y todas las que aun me faltan por recorrer

 

No se si la ciudad

o yo, vive intensamente

como la mirada penetrante de un extraño,

o la primera noche después de la cuarentena

 

Descubrir,

Sí lo pasajero, el mar, las canciones,

los árboles, balcones y tendederos con

sábanas viejas

me recuerdan al amor,

 

O sí los adoquines marcados en mis pies, como grapas

me reafirman que todo lo vivido, se traduce en desilusión.

 

Un lugar donde lo mundano, lo trascendental, las emociones, 

lo que se quizo y no fue, 

lo que puede ser,

lo que viene,

las coincidencias y lo buscado

la poesía y el arte

la brisa y el sol, 

y la lluvia al atardecer,

se encuentran,

 

En la ilusión de la dicotomía,

lo efímero de la vivencias.