Les doy, queridos amigos,
mis sinceras bendiciones,
esas francas peticiones
de mejoras y de abrigos;
sean honestos testigos
de la bondad, de los dones,
de excelentes condiciones
al desviar falsos castigos;
sean escudos mis anhelos
de esos nefastos deseos
de obsesivos intrigantes;
te iluminarán los cielos
se acabarán devaneos
de inframundos inquietantes...