Amado dame tranquilidad
aunque tarde quizás sea
para apagar este fuego
que dentro de mí alma arde.
Dime cual fue mi pecado
para que sola dejaras
no antes sino justo ahora
esta empobrecida vida.
Anda pretencioso amor
explica por qué te fuiste
y condenada al desamor
me dejaste confinada.
Di cómo pudiste olvidar
que estuvimos la última vez
compartiendo con audacia
nuevos momentos divinos.
Recuerdo cuando te dije
abrázame amado mío
no perdamos ni un minuto
quiero hacer amor contigo.
Entonces caímos juntos
en un inmenso vacío
que llenamos con la pasión
de tanto amor que nos dimos.
Si acaso hablar tú no quieres
al destino he de preguntar
que camino debo seguir
si no podré estar contigo.
Y estarán como testigos
de mi llanto a raudales
estrellas también llorando
en esa noche aflictiva.
Llanto como campanadas
que repliquen se acabó
un amor que hasta el final
fue un equivocado amor.
Empezó como una llovizna
que en ciclón convertida
con huracanado viento
mi inerme corazón asoló.
Amelia Suárez Oquendo
01/05/2024