Poema del sediento
(Soneto)
Hoy te llamo en mi loca desventura,
mujer de espina roja en mi camino,
mujer donde mis pasos sin destino
hacen surcos buscando tu hermosura.
Ya mis labios carecen de frescura,
son desiertos penosos de mi sino.
Los oasis que busca el peregrino
los contemplo de lejos con premura.
¡Apiádese de mí!, mujer dormida,
y deshaga su sueño sin mi boca.
¡Apiádese del vaso de agua poca!
Termine desencantos de mi vida,
¡termine con sequías de mis huesos!
O déjeme sediento sin sus besos.