Me enamoré perdidamente de un zombie.
Podía escuchar el rugir de su estómago,
La forma tan desesperante en que gruñía por amor,
La forma tan deseosa en que anhelaba comerse un corazón
Y allí fue donde comenzó el problema.
Él tenía tanta hambre y yo tanto deseo de ser comida
Que no me di cuenta lo mucho que comenzó a doler
Cuando sus dientes comenzaron a encajarse en mi alma.
Él solo quería comida, no le importaba cuál fuera,
Solo estaba buscando ese sabor tan familiar
De aquella carne que era su favorita,
De aquel corazón que comió antes de llegar a mí,
Pero yo no sabía así.
Yo no tenía el gusto que tenían sus ojos,
Yo no sabía de la misma forma en que lo hacían sus labios
Y a pesar de que podía saciar su hambre de vez en cuando,
Para él yo solo era carne…
Carne simple, sin gusto, pero que detenía sus primitivos deseos
de vez en cuando.
Él era un zombie; carente de emociones
Y,
Deseoso por comer, pero yo estaba viva.
Yo era humana y para mí
Que su boca se tiñera del rojo de la sangre de mi corazón
Era la pintura más hermosa que podía apreciar.
Para mí, ser comida por él era ser especial,
Hasta que un día me di cuenta
Que por más que comía no se saciaba,
No se llenaba, no le gustaba del todo el sabor a mí;
Sin embargo, yo cada vez estaba más incompleta,
Más herida, más rota y con menos deseo
De ser su manjar.