Lo recuerdos están muy presentes
y no los veo marchar.
Y siento constantemente
como me invade la soledad.
Las voces se volvieron ecos,
las personas simples sombras que se pierden en la oscuridad.
La lluvia borró mis huellas
no puedo volver atrás.
Debo hacer un nuevo camino
por cual continuar,
sin esperar nada de nadie,
porque el tiempo se me va.
El reloj está constante
no detiene su tic tac.
Y mi soledad aquí sigue
y no se quiere marchar.
La abrazo, la aprovecho
y me pongo con ella a conversar.
Es una plática interesante
no tengo cuando acabar.
Entre pregunta y pregunta
a veces no me sabe contestar.
Y me mira fijamente
y siempre suele callar.
En mis ojos ve tristeza como
queriendo llorar.
Se vuelve entonces mi consuelo,
mi amiga y mi único refugio.
¡No me dejes soledad!