FRANCISCO CARRILLO

JUICIO FINAL.

Ay¡ del aire que se estrella

contra rocas escondidas,

supurando las heridas

de los años, en las rocas

que por aire, viento sopla

sin que nada lo detenga.

 

Ay¡ por viento, por marea

de los mares cabreados,

que las olas hacen valles

y otras acantilados.

 

Ay¡ del sol, de su calor

que nos abrasa a diario,

con su luz y con su manto

que ha de hacer si con sus rayos?

se apaga su resplandor.

 

Ay¡ del cielo estrellado

que tan grande cree que es,

y las nubes lo taparon

desde el suelo, no se ve

porque el cielo está nublado.

 

Ay¡ del bosque, de su vida

entre verdes y morados,

que sin agua se ha secado

y ahora muerto se ve,

todo el se ha marchitado.

 

Ay¡ de la luna, su luz

se apaga sin ver el sol,

se marchó su resplandor

dejando la tierra a oscuras,

no hay luna si no hay sol.

 

Ay¡ del agua, que se seca

en la tierra encarnecida,

se va con ella la vida

porque el agua no es eterna,

sin la lluvia bendecida.

Ay¡ de las estrellas que brillan

a lo lejos, en el cielo

pues el fin del universo¡

les da final a sus vidas,

Se apagaron los luceros.

 

Ay¡ del final de la vida

que se va, sin despedirse

y anuncia el fin de los días,

entre tormentas y eclipses

se muere, y no resucita.

 

Ay¡ del hombre, que avisado

no ha sabido evadirse,

y muere con sus pecados

en estos días tan grises,

en que todo, se ha acabado¡