Raabta.
I. Batalla interna
En mí habita una guerra sin fin, Donde soy mi propio enemigo acérrimo. Un torbellino de pensamientos me envuelve, Y en la búsqueda de paz me encuentro abismo.
II. La mujer omnipresente
Una mujer, enigma sin rostro ni nombre, Me persigue cual sombra tenaz y constante. Su presencia invisible me llena de zozobra, Y en su esencia misteriosa me ahogo incesante.
III. Sueños y vigilia: Un mismo tormento
En el vaivén de sueños y vigilia, Su imagen se dibuja con nitidez cruel. Ni siquiera la fuga en el sueño me libera, En mis noches y días me acecha sin tregua.
IV. Anhelo de liberación
¡Oh, mujer! Muéstrate y rompe el hechizo, Deja de ser fantasma que me atormenta. Revela tu rostro y libera mi alma, Que en tu silencio mi ser se lamenta.
V. El secreto compartido
En las profundidades de mi ser te escondes, Un secreto compartido que me enciende en fuego. Tu voz susurra en mi mente palabras dulces, Y en tu aliento encuentro un anhelo ciego.
VI. Un vendaje para tus heridas
Déjame ser el bálsamo que cure tus heridas, La luz que ilumine tus noches oscuras. En mi abrazo hallarás consuelo y abrigo, Y en mi amor se apagarán tus amarguras.
VII. El vaivén de tus labios, un sueño inalcanzable
Anhelo escapar del hechizo de tu sonrisa, Dejar de soñar con tus labios sensuales. Sería un sueño acariciarte sin miedo a la fuga, Y perderme en tus ojos, manantiales cautivadores.
VIII. Un amor imposible
Sé que eres solo un sueño, una ilusión fugaz, Una quimera que mi mente ha creado. Sin embargo, mi corazón te anhela sin cesar, Y en este amor imposible estoy atrapado.
IX. Un grito desesperado
¡Oh, mujer! Déjame ser libre de tu atadura, Permite que mi alma se eleve y vuele. En la inmensidad del cielo encontraré mi cura, Y mi corazón dejará de ser un lamento débil.
X. El eco de tu ausencia
En el silencio de tu ausencia te escucharé, En el latido de mi corazón te sentiré. Y aunque ya no estés a mi lado, te amaré, Porque tu recuerdo en mi alma permanecerá.
XI. La búsqueda continúa
En la búsqueda de mí mismo te encontraré, En la paz interior tu esencia hallaré. Y cuando finalmente me encuentre a mí mismo, En ese instante sabré que por fin soy libre.
JTA.