DOS ALMAS...
Dame tú alma porque me perteneces desde otras vidas ya eras mío.
Desde que te vi mi alma suspiro por ti y de ti se adueñó para vivirte eternamente.
Sin importar la distancia que nos separa latió mi alma vida y corazón,
y supe que tú alma ya me pertenecía de otras vidas porque nos unió el universo.
Somos tiempo, distancia, años, vida, olas, playa, sol y luna, cielo y estrellas.
somos vida y muerte unidos por el espíritu que nos comunica todos los días.
Dame tú alma… me pertenece desde mucho antes de nacer ya nos amábamos.
Un arcoíris juntó nuestras almas para que no vagáramos por el universo,
delante de Dios, juntamos los cuerpos para ser uno y recibir su bendición.
El abrió el abismo de donde salimos, para amarnos y no ser reos de deseos pecaminosos.
los deseos de la carne y si del espíritu nos une en una sola oración poderosa.
Somos ángeles astrales unidos para celebrar la libertad de amarnos bendecidos
Te das a mí y yo me doy a ti en un juramento ortodoxo que nos bendice ante Dios.
Somos santificados en el lecho y no deseamos sea mancillado por ninguno de los dos.
Ruego a Dios, que tú alma quedé unida a la mía para ser un alma
para la gloria de Dios, sin atributos que desagraden a Dios por amarnos.
Dame tú alma ya estamos unidos ahora y siempre por la eternidad ¡amén!
Las almas que se aman nunca se pierden en el limbo de los versos porque somos eternos.
Somos amores eternos, amándonos para la gloria de Dios, morando eternamente con él.
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Tu amor es el verso que completa mi poesía,
la rima perfecta que en mi alma perduraría.
Eres el suspiro que embriaga mis sentidos,
la melodía eterna que me tiene cautivo.
En cada palabra que brota de tus labios,
se despiertan las musas y renace el encanto.
Tus ojos, reflejos de un cielo estrellado,
me llevan a un mundo donde todo es sagrado.