No me dejes
con este silencio,
abandonado a mi suerte,
no huyas de mí,
no te vayas
por la enramada umbría
de la callejuelas
donde las huellas se difuminan
para no ser encontradas.
Descabéllame con tus ojos,
húrtame la mirada,
incítame al abismo de no volverte a ver,
de no volver a sentir tu aura.
¡¡Oh dioses del Olimpo ayudarme a enamorarla!!