Y cuando los demás me llaman valiente,
me dan ganas de decirles lo correcto, lo cierto,
estoy aterrado, no saben cuanto,
parado en esta torre, soy un hombre frágil,
me sostiene la disciplina que me heredo un hombre
que pensó a futuro y dijo:
Le dejo esto al del presente, porque sé que cuando la motivación se acabe,
es lo primero que va a necesitar.
Y cuando me llaman ejemplo, cuando desean ser como yo,
llego a mi casa, me miro al espejo, y me pregunto que respuestas puedo darles,
yo no soy un ejemplo, soy un hombre derrotado que simplemente sigue en pie,
dando una lucha perdida, porque soy obstinado, no me sigan,
no serán felices.. estarán cansados...
estarán muertos como yo.
Soy Quijote, pero solo, sin un Sancho,
más bien, soy un anciano con demencia senil,
luchando con enemigos imaginarios,
porque todas las depresiones empiezan en la mente.
Dicen que los más rotos son los que más sonríen,
y yo no he parado de sonreír en años...