Ay poesía, ay versos, ay rima olor sangre y con sabor de besos. Alma tejida en silencio.
Tanta lágrima vertida, tanta imagen en palabras. El verbo royendo el verbo a fuerza de gritos y deseos.
Quizás fuiste un rezo, antes de vestirte en versos o quizás andabas desnuda mostrando tus blancos senos.
Ay poesía, ay verso, la lluvia repite tu nombre y el viento te alza en vuelo, mientras yo vivo y muero.
Vivo y muero leyéndote, desvistiéndote de sueños. Para morderte el vientre y hacerte parir cielos.
Ay poesía, eres mujer y yo soy un tosco labriego, que ara tus verdes campos y se enreda en tu cuello.