alegazpa

Recuerdos del primer cumpleaƱos y de la ceguedad del hombre

El primer cumpleaños sin mis padres fue complicado. La quimio era dura y las defensas disminuían, el ingreso se hacía irremediable. Este fue uno de las muchos que antecedieron... y siguieron, experimentación en vena (Monofocalización de un desorden fisiológico únicamente curable desde un holismo vital. Once años después, el reduccionismo sigue y lo integrativo apenas se huele en el sistema sanitario. Holocausto con los bigotes de lobbies farmacéuticos, agroalimentarios...).

Mi madre fue una buena compañera hasta que la muerte lo invitó al descanso de aquella forma volátil. Ahora lo veo desde otra perspectiva. En aquella época el cáncer estaba mal visto, signo de debilidad en una familia, sentencia social. En aquella jungla de juicios, yo era un pequeño inocente con la ilusión de que su padre se iba a recuperar, pero los miedos dictaminando la posibilidad de muerte me impedían exponer a cualquiera lo que acontecía, aquellos gritos de dolor entre paredes de madrugada... Los derivados de la amapola calmaban a su forma. Yo rezaba cada noche. Si la posibilidad de muerte es natural y solo una etapa más de la existencia, nadie se dio cuenta para indicármelo, tampoco nadie me apoyó ni animó con algún mensaje de esperanza, o bien pocos recuerdo, y eso que todo el mundo sabía que enfermo estaba. Quizá pensaron que ingenuamente de nada me enteraba, al fin y al cabo solo era un pequeño niño inocente. Pero yo rezaba cada noche. Yo estuve solo con Dios y toda la tenía. Luego dijeron que, si este existe, cómo lo permitió... y me alejé del único que estuvo conmigo. Serán hipócritas... Como si alguien pudiera esconderse del regalo divino de morir.

Perdóname, Dios.