Camino detrás de ti, deseando que voltees tu rostro.
Cuando inesperadamente lo haces, me quedo alucinado por tu mirar,
esa mirada excepcional, que dibuja sonrisas en cualquier rostro,
ese momento extraordinariamente incomparable es tu mirada.
Esa mirada que inmoviliza el tiempo con su majestuosidad,
que hace que el sol brille con más poder y energía,
que funde al océano, formando nubes de vapor en el firmamento,
que te enseña todos los paraísos terrenales en un segundo.
Tu mirada es cautivante, como una ballena azul saltando en el océano,
es penetrante, como una daga que se introduce lenta y perspicazmente en mi corazón.
También es tierna, como la única flor en un campo de Cardos,
es todo, es el Universo en su totalidad.
Tan solo obsérvame, una vez, para detener el tiempo y quedarme así,
y disfrutar por la perpetuidad de incomparable hermosura.
Solo una vez, para perderme en tu mirar y nunca encontrar
la salida a ese laberinto de perfección esplendorosa.
Porque cuando observo que me ves directamente
a los ojos, el cielo se derrite en mí, la atmósfera se despeja,
por tan bello y cautivante mirar.
© Oscar Jossiee Alvarenga Alvarez. Derechos reservados.