“La cabaña”
El día se tiñe de gris
en esta mañana de invierno
sobre los tejados pardos
se forman cristales de hielo.
Transcurren lentas las horas:
adormecido concierto
de lánguidas sobremesas
de sueños y de bostezos.
La vieja prepara un caldo
en un ahumado puchero
mientras el perro la mira
olisqueando en el suelo.
Llega la tarde entre sombras,
el cielo sigue cubierto
apenas entra la luz
por los ventanucos ciegos.
En el catre yace el viejo
reposa de un día duro
entre ovejas y corderos
entre pollos y gallinas
entre vacas y terneros.
Se despierta taciturno
pensando en el lobo hambriento
“Rómula, voy al establo
me llevo conmigo al perro
la escopeta y los cartuchos
no me esperes, luego ceno”.
Se apagan las últimas luces
y entra la noche de lleno
En el interior dos candiles
de carbón y acetileno
dibujan en las paredes
sombras en movimiento.
La vieja ya se dirige
hacia su humilde aposento
la tarea ha sido dura
y quiere recogimiento.
Cae la noche en la cabaña
en este gélido enero.
“Mañana será otro día”
dice…durmiéndose el viejo.